
Mantener tu coche limpio no tiene que ser caro ni complicado. Con algunos trucos caseros de toda la vida, puedes dejar tu coche como nuevo y alargar su vida útil sin esfuerzo. Como decía la abuela: “no necesitas lujos, solo ganas y un poquito de maña”.
Por ejemplo, si los cristales están llenos de manchas, basta con vinagre blanco y un paño seco. Nada de productos caros. ¿Mal olor en el interior? Un platito con bicarbonato debajo del asiento absorbe los olores como por arte de magia.
Los faros opacos pueden volver a brillar con un poco de pasta de dientes y un trapo suave. Es el mismo truco que usábamos para las joyas antiguas. ¿Las rendijas del aire acondicionado llenas de polvo? Usa un pincel seco o un bastoncillo con alcohol para limpiarlas a fondo.
Otro consejo de oro: usa filtros de café para limpiar el salpicadero. No sueltan pelusas y dejan el acabado perfecto. Y para los asientos, una mezcla de vinagre y agua tibia con un toque de jabón suave puede hacer maravillas.
Lo importante es tener constancia y cariño. Si tratas a tu coche como tratas tu cocina los domingos, con cuidado y amor, te acompañará muchos años, limpio, seguro y con buena presencia.